jueves, 3 de abril de 2014

La toma de decisiones


Para una buena trayectoria profesional es importante saber tomar las decisiones acertadas en el momento oportuno. Sin embargo, decidir no es fácil, ya que suele implicar una renuncia de algún tipo y siempre existe la posibilidad de error.
Como todo, la toma de decisiones puede convertirse en un hábito y se puede ver facilitado si se interioriza una serie de principios básicos:


1. Hay que preocuparse por decidir, no por acertar
Hay que ser consciente de que no es lo mismo decidir bien que acertar, ya que una persona puede errar habiendo tomado la decisión correcta y viceversa.


2. Hay que identificar objetivos
Es importante conocer los objetivos que queremos alcanzar para poder tomar una buena decisión. Si no tenemos claro lo que queremos conseguir con la toma de decisiones divagaremos y nos perderemos sin saber bien qué tenemos que hacer.


3. Hay que ser realista 
Con objetivos realistas y alcanzables será más fácil tomar una decisión ya que están a nuestro alcance y podemos ver de una forma factible el modo de conseguirlos.


4. Hay que atender sólo a la información relevante y reconocer la incertidumbre
La información relevante es aquella que reduce la incertidumbre a la hora de tomar una decisión y cuyo coste es inferior al beneficio que aporta.
Del mismo modo, hay que aceptar que las cosas no tienen porqué salir como las hemos planeado y que puede haber imprevistos.


5. Hay que ser creativo y generar alternativas
Cuanto mayor sea el número de opciones, mayor será la riqueza del proceso de decisión. Genera alternativas y no te autoimpongas límites al hacerlo.


6. Hay que tener en cuenta que tus decisiones tienen consecuencias 
A la hora de evaluar alternativas, valora tanto los riesgos como las consecuencias que tendrán las decisiones que tomes.


7. Hay que poner en práctica lo que se decida
Ninguna decisión es buena hasta que se lleva a la práctica. A la decisión le tiene que seguir la acción. Actúa.

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