martes, 28 de octubre de 2014

Los riesgos de recomendar a un amigo para un puesto de trabajo



Cuando das tu opinión y valoración sobre una persona para cubrir un puesto de trabajo, has de tener en cuenta que ésta forma parte de tu reputación como profesional.

Hoy en día, cada vez más empresas recurren a sus empleados para que propongan candidatos para un puesto vacante, ya que consideran que si alguien viene de la mano de un empleado es un valor añadido. De este modo, ya que la empresa confía en ti para hacer una nueva contratación es de esperar que tu valor como profesional se vea comprometido.

Sin embargo, hay que ser objetivos y pensar que proponer a alguien para un empleo o un ascenso no es ni bueno ni malo, siempre y cuando el perfil de la persona se ajuste a los requerimientos del puesto.

En estos momentos no nos podemos dejar guiar por los sentimientos, hay que dejarlos a un lado y ser imparciales en nuestra valoración de la persona antes de proponerla.

Así, aunque hay que valorar las aptitudes y conocimientos del candidato para el puesto, también se han de tener en cuenta otros valores éticos y conocer realmente cómo trabaja esa persona.

No debería recomendarse a alguien por amistad, porque cuando tu credibilidad depende de los resultados de otros, al final podemos salir perjudicados todos.

A pesar de todo lo dicho, en condiciones normales, la persona que ha conseguido el puesto gracias a tu recomendación será más exigente con su trabajo por respeto a ti, que has dado la cara por él.

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